Eslovenia

Tras dejar Venecia, subo a un autobús de la compañía flixbus, (es muy barata, os la aconsejo), y llego a Liubliana la capital eslovena, me dirijo al Hostel donde me encuentro con dos argentinas, un estado unidense, una italiana, y un canadiense.

Estuvimos todos de cerveceo toda la tarde en la cocina del Hostel,  lo que derivó en un lío amoroso entre la italiana y el estado un Odense, que encima durmieron en mi cuarto y no pegué ojo en toda la noche escuchando sus besos...

Salí temprano a desayunar ya que no se podía pegar ojo entre los besos de los enamorados y los ronquidos del canadiense.

Me dispuse a ver el centro de Liubliana y el famoso puente de los dragones.

Liubliana es una ciudad que se ve en un día,  me fuí al mercado principal que se sitúa en el centro, donde me puse hasta arriba de queso y embutidos que tenían para probar...

Lo que me chocaba de Eslovenia es que había máquinas para comprar leche fresca como, las máquinas expendedoras que hay en España para comprar coca cola, pero allí son de leche fresca.

Tras quemarme la cara y empacharme de tanto comer, me compro una crema hidratante, y me dirijo al Hostel, donde seguían los enamorados, y el canadiense me lió para salir de cervezas.

Después de una divertida noche y una buena resaca mañanera me dispongo a tomar mi autobús al lago Bled, donde me enamore de aquel invernal paisaje, creo que de Eslovenia es lo único que merece la pena.

Al finalizar mi viaje en la fría y fea Eslovenia, dejando la historia de amor de los enamorados, me dispongo a salir corriendo a mi siguiente destino, CROACIA.

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