Rumanía

Llevaba tiempo obsesionado con la idea de visitar el país que dió vida a Drácula, y como siempre apuesto por lo que quiero, tomé la decisión de marcharme a Rumanía.

El viaje fue tranquilo, me tocó en el asiento de al lado un señor muy amable que me dió conversación durante todo el viaje, acabó contándome su vida, la verdad que no se porque todo el mundo me acaba contando su vida, que en el fondo es algo que me encanta.

Al llegar a Bucarest, tomé un taxi que fue súper barato (siempre que no te estafen, para evitarlo llama al taxi desde una máquina del aeropuerto o desde la app), cuando el taxista me dejó en la puerta del Hostel me encuentro a un tío durmiendo la Mona en el suelo de la recepción y aparece un poco borracha un pendon de señora, que resultaba ser la recepcionista, me lleva a la habitación, y me preparo para la mañana siguiente.

Mis compañeros de habitación era muy extraños, pero bueno me perdí por las calles de la histórica Bucarest de Chauchesco (El dictador rumano),  Bucarest se ve básicamente en un día, tras verla decido ir a la capital de Transilvania Brasov.

Me pasó de todo antes de llegar a Brasov, como llevó tatuado Lerdo en la frente me estafó un taxista que en la estación de tren le dije de todo, me cobró 10€ cuando fueron 3€ el precio real del trayecto.

Llego al andén y aparece un tren de chapa de los años en el que la televisión se veía en blanco negro entro en ese ruidoso y viejo tren, y la señora que estaba a mi lado se santigua y reza porque el tren llegue a su destino todo eso acentuó más mi miedo al tren.




Me tiré todo el viaje hablando con la señora que dicha señora se llamaba Laura me llevó en taxi a mi Hostel, al llegar mi Hostel era una casa y nadie respondía y entre eso y el tren que al salir de el quise besar el suelo como hacia el papa Juan Pablo II, dije más pringado no puedo ser.

Laura llamó al Hostel y habló en rumano y me dijo que no se movía hasta que yo entrara y estuviera tranquilo, le quise pagar el taxi y no me dejó, cuando salió la recepcionista Laura me abrazó y se marchó.

En el Hostel hice muy buenas migas con la recepcionista que me contó como era la vida en Rumanía y toda su historia.

Y me presentó a dos vascos que se alojaban en el Hostel,  eran Julen y el que luego se convertiría en mi amigo Josu.

Los 3 hicimos muy buenas migas nos recorrimos Transilvania viendo los pueblitos como rasnov, Bran... Y visitamos el castillo de Drácula, que fue una pasada.

Visitar esa zona y verte rodeado por los Cárpatos es indescriptible la belleza que tus ojos pueden admirar al ver todo eso.

Durante todo ese viaje mi corazón me pedía volver a Alemania, volver a mi casa a esa comunidad hippie de Baviera, dejo el trabajo que comenzaba en Rumanía, y llamo a mi jefe Alemán y decido volver a Alemania.

Me separo de Julen y Josu, ellos partían a Moldavia, y yo a Berlín,  nos despedimos con un fuerte abrazo nos dimos nuestros WhatsApp.

Con Josu tengo muy buena relación y grandes conversaciones telefónicas que pueden durar horas, y terminan con vente a Euskadi con un buen vasquito, o que su cama es de 1,60 y que quiere hijos que ahí me lo deja jajaja ( no me mates Josu).

Me quedé con unos preciosos recuerdos de Rumanía con esos angeles como Laura que consigo encontrar cada vez que viajo,  y con las preciosas vistas de toda Transilvania

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